El Rival: Racing de Chivilcoy

A veces los números hablan por sí solos. Tal es así en el rival de Unión, Racing de Chivilcoy, quien llega a las Semifinales del Provincial detrás de una campaña realmente envidiable. Ganador tanto de la Zona Norte “B” como de la Zona 1 en la Segunda Fase, el conjunto conducido por Diego D’Ambrosio ha recorrido el Provincial con una contundencia importante. De un total de 23 partidos, ha Ganado 19 victorias y ha perdido solamente 4 (dos veces con Ciudad de Campana, una con Somisa de San Nicolás y la restante con Ciudad de Saladillo). Una eficacia casi perfecta para un equipo de nombres interesantes. Del plantel, el primer integrante destacado es el capitán y base del equipo: Fernando Rivera. Con experiencia tanto en TNA como Liga B y Torneo Federal, el oriundo de General Roca y 1,82 metros de altura conduce los hilos de Racing con la tranquilidad de saber lo que es conseguir títulos. Fue uno de los artifices del ascenso de San Lorenzo (también de Chivilcoy) al TNA y supo vestir, entre otros equipos, las camisetas de Estudiantes de Olavarría, Ferro y Ciclista Olímpico de La Banda, siempre en categorías de ascenso. Compañero de Rivera en el ascenso de San Lorenzo, otro hombre importante es el pivot Jose Luis Pappalardi, quien ha jugado prácticamente toda su carrera entre Provinciales y Torneo Federal. El capitalino de 2,03 aporta experiencia en la pintura (33 años).Sebastián Sartorelli (hermano de Juan Pablo, ex LNB) , los anotadores Andrés Rolandelli y Erbel de Pietro más el aporte de Diego Santacruz hacen al elenco de Chivilcoy un rival con mucho poder anotador. Y además, viene completo. Según el informe del Diario La Razón, Racing viajó completo con la delegación compuesta por Santiago Vilalta, Fernando Rivera, Diego Santacruz, Juan Pablo Lacava, Sebastián Sartorelli, Andrés Rolandelli, Francisco Dinova, Erbel De Pietro, Luciano Arthur, Santiago Barrales, José Luis Papalardi y Mateo Soler, acompañados por Diego D’Ambrosio como entrenador principal, Juan Carlos Rojas como asistente, y Luis Ranno como utilero y planillero.

Por Martín Segura